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miércoles, 7 de diciembre de 2016

Manualidades: mucho más que un taller. Entrevista a Inés Landa Iturritxa

Inés Landa Iturritxa (Arkaia, 23/04/1964) se define como una persona inquieta, una aprendiza permanente. Es una persona activa, sin casi tiempo libre. Y ese tiempo libre que tiene le gusta disfrutarlo y exprimirlo al máximo andando en bici, paseando con la perra o haciendo manualidades sola y/o acompañada en casa o en el taller de manualidades de Otazu.

¿Qué te motivó a participar en los talleres de manualidades?
Más o menos en 2005-2006, comencé a participar en el taller de manualidades de Otazu. Me gusta aprender y dije, ¡voy a ver si aprendo algo!. Siempre me he apuntado a cursos (poda, horticultura ecológica…). Y siempre aprendo algo. Me enteré por las vecinas que ya iban a los talleres de manualidades de los concejos.

¿Qué es lo que más te gusta de manualidades?
Lo que más me gusta de manualidades es el trato con las compañeras, las risas que nos hacemos, la concordia … Y, hablando de las manualidades, hay cosas que hacemos que son verdaderamente muy provechosas: por ejemplo, tapizar una rinconera de la cocina, restaurar un sofá: ser capaz de hacerlo con nuestras manos, las pautas de la profesora y las sugerencias de las compañeras ¡es una gozada!

¿De qué trabajo(s) te has sentido más orgullosa?
Mesa del porche
Hay cosas que restauro a las que no les doy tanta importancia, quizá porque se me ocurren de la noche a la mañana y no les presto tanta atención/dedicación (por ejemplo: pintar la mesa del porche).

Otros trabajos, los pienso más, pregunto a la profesora y a las compañeras cómo hacerlas. Siempre es interesante y enriquecedor contar con diferentes puntos de vista.

Mesa del Txoko
Recuerdo con especial cariño una mesa del txoko. La profesora me dijo que era para tirar (porque estaba hecha polvo). Yo le dije que esa mesa tenía buena madera (no como las de Ikea), que merecía la pena restaurar. Y ya va por la segunda restauración. Estaba de un color, con unos motivos, y la volví a pintar con otros (unas flores – pensamientos).

Otro trabajo de manualidades del que me siento muy orgullosa es el sofá que estoy haciendo. Está quedando muy bonito. Increíble comparar el antes y el después para ver la “mejora”.
¡Increíble el antes/después!
Me siento orgullosa de mí misma porque, en lugar de llevar a restaurar algo y que me cueste dinero, compro los materiales y con las pautas que nos da la profesora, vamos aprendiendo.

También hago otros trabajos que son más decorativos (cuadros, botellas…). Pero me siento más cómoda y mejor cuando restauro algo útil.

Además, me gusta documentar y sacar fotos a mis trabajos: del antes y del después. ¿Se nota el cambio, verdad?

¿Algún trabajo manual a medias?
Sí, he dejado a medias unos cuantos trabajos manuales: Según voy haciendo el trabajo, no estoy convencida de cómo va, y lo dejo a medias. A pesar de las aportaciones de las compañeras, no tengo claro cómo terminarlo. Así que lo dejo...

Además de manualidades, ¿qué más aprendéis en el taller?
Aprendemos y compartimos otros saberes en el taller de manualidades: remedios caseros, conocer otros puntos de vista de las demás para saber qué hacer en situaciones determinadas. Tenemos confianza para compartir entre nosotras nuestras inquietudes.  

En el grupo somos amigas. Hay buen rollo y armonía. Somos unas nueve y nos hablamos clarito. Por nuestro taller no ha pasado ningún hombre. Quizá los hombres se piensan que es un espacio para mujeres. O quizá se corten más. A mí me daría igual si hubiera hombres.

Una de las muchas cosas útiles que he aprendido en Otazu es a limpiar las brochas bien para poder reutilizarlas. Con jabón de trozo, agua caliente y aguarrás, frotar la brocha hasta que saque espuma.

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